miércoles, 29 de agosto de 2012

Breve reseña histórica de la Internación Domiciliaria

La ID no es una modalidad asistencial nueva a nivel mundial, sino que su inicio se produjo en el año 1947, cuando EEUU desarrolló la primera unidad de “home care”, luego se desarrollo en 1951 en París (Europa) y llegó a España en 1982. En Argentina esta modalidad es reconocida en el año 2000 por la resolución 704/2000 “Normas de organización y funcionamiento de servicios de internación domiciliaria. Incorporación al Programa Nacional de Garantía de Calidad de la Atención Médica” del Ministerio de Salud de la Nación.

Por otro lado, en la conferencia de atención Primaria de la Salud realizada en Alma-Ata en 1978 se definieron los lineamientos que debería guiar a los sistemas sanitarios. Dentro de las declaraciones que surgieron de esta conferencia se hace referencia a la inclusión del grupo familiar dentro del proceso: “IV-El pueblo tiene el derecho y el deber de participar individual y colectivamente en la planificación y aplicación de su atención de salud.“ Esta declaración es muy importante para la ID ya que su génesis es que el pueblo brinda junto con las empresas de ID el servicio de ID.

La National Quality Forum de EEUU está en pleno proceso de construcción de un consenso sobre los estándares que guiarán la ID. Este trabajo ha desarrollado algunas recomendaciones generales orientados principalmente a cuestiones médicas y de accesibilidad.

La ID es, en parte, una respuesta del sistema sanitario al aumento de la esperanza de vida del grupo de más de 65 años. Este aumento de la longevidad imprime una mayor demanda en las estructuras sanitarias, generando la necesidad de asignar nuevos recursos al sistema. El envejecimiento aumenta el riesgo de adquirir enfermedades crónicas con sus complicaciones e incapacidades asociadas.

La ID cubre la insuficiencia de camas hospitalarias que posee el sistema sanitario y/o la necesidad de destinar las camas a tratamientos de alta complejidad y de alta rotación cama que justifiquen económicamente la infraestructura hospitalaria. La ID transfiere los costos de infraestructura a los hogares donde esta se realiza, es decir son los hogares los que se soportan los costos asociados a la vivienda (amortizaciones, mantenimiento, limpieza, servicios e impuestos).

Como comenta John K. Iglehart, buscando formas de disminuir los crecientes gastos de Medicare y buscando mejorar la coordinación financiera del sistema sanitario, el gobierno federal (EEUU) se esta preparando para testear el concepto de “medical home” (ID), a través un programa que rediseñe el sistema sanitario para proveer un servicio orientado por segmentos, continuo y coordinado, centrado en el cuidad de la familia para satisfacer las demandas sanitarias de la población.

Para este autor no hay consenso sobre la definición del término “patient-centered medical home”, termino desarrollado en 1967. Para el Colegio Americano de Médicos su definición posee los siguientes principales puntos: prácticas médicas dirigidas por médicos, médicos de cabecera para cada paciente, alta calidad en coordinación, accesibilidad y pagos que reconozcan el valor agregado por los pacientes.

Es decir, la ID debe ser un sistema integrado, coherente, planeado multidisciplinariamente para proveer un servicio médico desarrollado entre pacientes y médicos, paramédicos y personal médico o agencias (como agencias de ID).

La ID es definida por la National Voluntary Consensus Standard for Home Health Care de la siguiente forma: todo servicio sanitario provisto al cliente en sus hogares, incluyendo pero no limitado a los servicios de enfermería, auxiliar de salud, cuidados paliativos, terapias, cuidadores, servicios sociales, infusiones servicios farmacéuticos, equipamiento médico y visitas médicas domiciliarias. Para esta institución la calidad reside en lograr accesibilidad y calidad sin importar la raza, etnia, edad, estatus socioeconómico, financiador (seguro) o genero.

La estructura multidisciplinaría de la ID es un factor preponderante en la Argentina como en los países antes mencionados. La calidad de la ID en Argentina es concebida desde la perspectiva sanitarísta donde se evalúa la eficacia y la eficiencia prestacional de los servicios sanitarios brindados. Para estos el paciente es un receptor del proceso asistencial y no un actor.

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